El evangelio que se lee en la misa del domingo sexto del Tiempo Ordinario (ciclo "b") habla de la curación de un leproso, un marginado y despreciado de su sociedad, al que Jesús acoge con cariño y libera de su enfermedad para reincorporarlo a la vida social.
He comentado este evangelio con cierto detenimiento en esta entrada:
- Jesús cura a un leproso. El evangelio habla de un leproso que se acerca a Jesús. Algo prohibido por la ley, ya que los leprosos tenían que hablar desde lejos a los sanos. No se atreve a tocarle, por lo que se queda a una distancia prudencial y se pone de rodillas en su presencia. Solo le dice: "Si quieres, puedes sanarme". Jesús lo toca y lo sana. No ve en él a un "leproso" sino a una "persona" con lepra. Lo más importante no es la categoría social en la que los otro lo engloban, sino su dignidad, que le viene de ser hijo de Dios.
El Salmo responsorial de hoy, reza así: "Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito".
Estas palabras se refieren a cada uno de nosotros. Todos somos "leprosos" perdonados. Si Dios ha tenido misericordia de nosotros, tenemos que hacer lo mismo: hemos de ser misericordiosos con todos, sin despreciar ni excluir a nadie.
Monición de entrada para la misa. Jesús es el liberador del mal. En el evangelio, escucharemos que él sanó a un leproso y le devolvió su dignidad. Dejemos que Jesús nos libere de nuestros pecados y de todo lo que nos aparta de él.
Oración de los fieles. Sabiendo que Dios tiende su mano poderosa sobre nuestras enfermedades y miserias, presentémosle con confianza nuestras súplicas:
- Escúchanos, Señor, y ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Oremos por la Iglesia:
- Señor, haz que, acogiendo a todos, sea portadora de tu amor hacia los enfermos y todos los que sufren, y fiel transmisora del perdón de los pecados.
Oremos por nuestro mundo:
- Señor, que los gobernantes y organismos internacionales se esfuercen para que desaparezcan la pobreza, el hambre y la explotación.
Oremos por los enamorados, los novios y los esposos:
- Señor, que tu amor y tu ternura llene nuestros corazones y seamos capaces de amarnos unos a otros como tú nos amas.
Oremos por todos los leprosos de hoy día, como los marginados de la sociedad, los drogadictos y alcoholizados:
- Señor, que te sientan cercano y puedan mejorar sus vidas.
Oremos por todos los que hacen el bien a los necesitados:
- Señor, llénalos de bendiciones, dales el ciento por uno y la vida eterna.
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