Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

viernes, 25 de noviembre de 2022

Riu, riu chiu


Cuando llega en 25 de noviembre (fiesta de santa Catalina de Alejandría, patrona de los filósofos), queda un mes exacto para la fiesta de Navidad y les invito a escuchar uno de los villancicos renacentistas más conocido del mundo entero. Numerosas agrupaciones de música clásica y polifónica lo tienen en su repertorio. De hecho, si se escribe "riu, riu, chiu" en youtube salen más de 80.000 interpretaciones de grupos de todo el mundo.

Está recogido en el famoso "cancionero de Upsala", que fue recopilado en la corte de Fernando de Aragón, duque de Calabria y virrey de Valencia (1488-1550), y publicado en 1556.

Solo se conserva un ejemplar del libro, precisamente en la biblioteca de la Universidad de Upsala, en Suecia, de donde toma el nombre, aunque todos los cantos están en español.

Parece ser que el autor de esta pieza fue Mateo Flecha el Viejo (1481–1553).

La letra es un tratadillo teológico, que confiesa la Inmaculada concepción de la Virgen María, la maternidad divina, la encarnación del Hijo de Dios, que se hace hombre para redimirnos, etc.

Literalmente, el estribillo dice así: "Riu, riu, chiu, la guarda ribera, Dios guardó el lobo de nuestra cordera". Vamos a intentar explicarlo, ya que no es sencillo de entender:

“Ríu, ríu, chíu” es un sonido onomatopéyico que hace referencia al canto de un pájaro, del que se habla a continuación.

La “guarda-ribera” o “guarda-río” es el nombre que daban antiguamente al "Martín pescador", ya que es un pájaro que vive en las riberas de los ríos y pasa largos ratos observando el agua para descubrir los peces y lanzarse a pescarlos cuando se acercan a la superficie. Además, cuando descubre algún peligro, emite un canto parecido al “ríu, ríu, chíu”, con el que atrae al depredador hacia sí y advierte a sus crías para que permanezcan escondidas y en silencio.

“Dios guardó el lobo de nuestra cordera”. Como se verá en la primera estrofa, la cordera es la Virgen María y el lobo es el demonio, que quiso herirla con el pecado original, pero no lo consiguió, ya que Dios lo "guardó"; es decir, lo apartó, se lo impidió, en el español antiguo.

Como el significado de las palabras evoluciona con el paso del tiempo, para hacerlo comprensible al lector contemporáneo, muchos grupos cambian el estribillo en “Dios guardó del lobo a nuestra cordera”.

Por tanto, el estribillo y la primera estrofa hacen referencia a Dios, que preservó a la Virgen María de todo pecado y la defendió del enemigo (el demonio).

Las otras estrofas dicen que Jesucristo es el rey del universo, que se ha hecho pequeño por amor a nosotros. El infinito se ha hecho finito para redimirnos.

Así se ha dado el maravilloso intercambio, y podemos ver a Dios en el suelo y al hombre en el cielo.

Los "garzones" (= jóvenes) que vuelan y cantan son los ángeles, que en Navidad anuncian: "Goria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres, que Dios ama".

Riu, riu, chiu, la guarda ribera,
Dios guardó del lobo a nuestra cordera.

El lobo rabioso la quiso morder,
mas Dios poderoso la supo defender;
quísola hacer que no pudiese pecar,
ni aun original esta Virgen no tuviera.

Riu, riu, chiu, la guarda ribera,
Dios guardó del lobo a nuestra cordera.

Este que es nacido es el gran monarca,
Cristo patriarca de carne vestido;
hanos redimido con se hacer chiquito
aunque era infinito, finito se hiciera.

Riu, riu, chiu, la guarda ribera,
Dios guardó del lobo a nuestra cordera.

Muchas profecías lo han profetizado,
y aun en nuestros días lo hemos alcanzado.
A Dios humanado vemos en el suelo,
y al hombre en el cielo porque él le quisiera. 

Riu, riu, chiu, la guarda ribera,
Dios guardó del lobo a nuestra cordera.

Yo vi mil garzones que andaban cantando,
por aquí volando haciendo mil sones,
diciendo a gascones: "Gloria sea en el cielo
y paz en el suelo, pues Jesús naciera". 

Riu, riu, chiu, la guarda ribera,
Dios guardó del lobo a nuestra cordera.

Este viene a dar a los muertos vida,
y viene a reparar de todos la caída;
es la luz del día aqueste mozuelo;
este es el cordero que san Juan dijera.

Riu, riu, chiu, la guarda ribera,
Dios guardó del lobo a nuestra cordera.

Mira bien que os cuadre que ansina lo oyera
que Dios no pudiera hacerla más madre.
El que era su Padre hoy de ella nació
y el que la crió su hijo se dijera. 

Riu, riu, chiu, la guarda ribera,
Dios guardó del lobo a nuestra cordera.

Pues que ya tenemos lo que deseamos,
todos juntos vamos, presentes llevemos;
todos le daremos nuestra voluntad,
pues a se igualar con el hombre viniera.

Riu, riu, chiu, la guarda ribera,
Dios guardó del lobo a nuestra cordera.

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