Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

domingo, 22 de octubre de 2023

Preguntaron a Jesús para ponerle a prueba. Domingo 29 del Tiempo Ordinario, ciclo "a"


Lecturas que se proclaman en la misa del domingo 29 del Tiempo Ordinario (ciclo "a"):

Primera lectura (Isaías 45,1-6). Dios realiza su obra en el mundo sirviéndose de muchas causas segundas. En este caso, el rey Ciro (que no era judío ni adoraba al Dios de Israel) es visto como un instrumento para que se realice la obra de Dios sobre su pueblo.

Salmo responsorial (95): Aclamad la gloria y el poder del Señor.

Segunda lectura (Tesalonicenses 1,1-5): Pablo da gracias por los creyentes que viven su fe con convicción y les desea la gracia y la paz.

Evangelio (Mateo 22,15-21): Nosotros sabemos que Dios está siempre presente en el mundo, pero respetamos la autonomía de las realidades seculares.

Los textos del evangelio que se leen en las misas de este y del próximo domingo son muy parecidos. En ambos casos, los fariseos buscan el modo de «cazar» a Jesús, planteándole problemas difíciles, para ver si «mete la pata» y así tener una excusa para quitárselo de en medio. 

Hoy le preguntan si hay que pagar tributos al César y el próximo domingo le interrogan sobre el mandamiento más importante de la Ley. En ambos casos, Jesús demuestra una sabiduría que sorprende a sus adversarios.

Se presentan con adulaciones, por eso le dicen: «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad, sin que te importe nadie, porque no te fijas en apariencias».

Pero sus intenciones son malvadas. Por eso, Jesús, «comprendiendo su mala voluntad», les dijo: «Hipócritas, ¿por qué me tentáis?»

Por desgracia, hoy como ayer hay personas que quieren «cazar» a los hermanos para reírse de ellos o para utilizar lo que ellos digan en su contra.

Nosotros, por el contrario, deberíamos tener siempre la actitud del que está dispuesto a ayudar, a perdonar, a favorecer a los hermanos, buscando su bienestar. 

Aunque no deberíamos olvidar que estamos llamados a ser «sencillos como palomas y astutos como serpientes» para no dejarnos engañar.

Como hace san Pablo en la segunda lectura, demos gracias a Dios por las personas buenas, por quienes viven su fe con sinceridad, por quienes ayudan a sus hermanos sin esperar nada a cambio.

Y procuremos imitar a los segundos (los que son honestos) y no a los primeros (los que tienen malas intenciones).

He profundizado en el tema del evangelio de hoy en la siguiente entrada:

Al César lo que es del César. En esta frase, Jesús establece la autonomía del hombre a la hora de tomar decisiones políticas, sociales o económicas. Pero Dios está por encima de todo.

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