Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

lunes, 18 de diciembre de 2023

San Bernardo: "Acuérdate" cantado por el grupo Kairoi


San Bernardo de Claraval fue un gran predicador, fundó numerosos monasterios cistercienses y es doctor de la Iglesia por su doctrina eminente.

Es muy conocida su tierna devoción a la Virgen María, sobre la que escribió páginas muy hermosas. Entre otras cosas, redactó las últimas palabras de la Salve: "Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María". También escribió la popular oración del "Acordaos", que dice así:

Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección, implorando tu auxilio y reclamando tu asistencia, haya sido desamparado de ti. Animado por esta confianza, a ti acudo, Madre, Virgen de las vírgenes; y gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante ti. Madre de Dios, no deseches mis súplicas; antes bien, escúchalas y acógelas benignamente. Amén.

En otro lugar, añade: "Se compara a María con una estrella, porque, así como la estrella despide el rayo de su luz sin corrupción de sí misma, así, sin lesión suya dio a luz la Virgen a su Hijo. Ni el rayo disminuye a la estrella su claridad, ni el Hijo a la Virgen su integridad. Ella es aquella noble estrella nacida de Jacob, cuyos rayos iluminan todo el orbe. cuyo esplendor brilla en las alturas y penetra los abismos; y, alumbrando también a la tierra y calentando más bien los corazones que los cuerpos, fomenta las virtudes y consume los vicios. Esta misma es la esclarecida y singular estrella, brillando en méritos, ilustrando en ejemplos. ¡Oh!, cualquiera que seas el que en la impetuosa corriente de este siglo te miras, no apartes los ojos del resplandor de esta estrella, si quieres no ser oprimido de las borrascas".


El vídeo recoge una interpretación del "Acordaos" de san Bernardo por el grupo Kairoi, con este texto:

Acuérdate, oh Virgen María,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido a ti,
implorando tu asistencia y reclamando tu socorro,
haya sido abandonado de ti.

OH, OH, MARÍA, OH, OH, MARÍA,
OH, OH, MARÍA, OH, OH, MARÍA.

Acuérdate, oh Virgen María,
que eres Madre del amor
y nos amas cuando amamos en el Señor.
Confiados en tu mano, hoy venimos ante ti
con un canto de alegría en el corazón.

OH, OH, MARÍA, OH, OH, MARÍA,
OH, OH, MARÍA, OH, OH, MARÍA.

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