Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

martes, 14 de junio de 2022

El santuario Stella Maris del Monte Carmelo


El principal santuario de la Virgen del Carmen está en el Monte Carmelo, en Haifa (Israel). La Virgen del Carmen, venerada en todo el mundo, toma su nombre de este lugar, que es la casa madre para todos los carmelitas. En esta primera fotografía pueden ver una imagen de conjunto del monasterio, con el mar Mediterráneo a su derecha y los huertos del convento a la izquierda.

Allí nació la Orden del Carmelo, que hoy está extendida por todo el mundo, aunque tuvimos que abandonar nuestra cuna en el siglo XIII, expulsados por los musulmanes. Los carmelitas descalzos recuperamos el monte Carmelo para la Orden en 1631. Desde entonces, el monasterio ha sido varias veces destruido y reedificado. 

Tal como pueden apreciar en esta fotografía nocturna, desde el monasterio se domina la ciudad y la bahía de Haifa, hasta Akko (San Juan de Acre) y al fondo se pueden divisar las ciudades del sur del Líbano. 

La Virgen del Carmen, sentada en su camarín, preside el altar mayor.

La cúpula de la iglesia está decorada con hermosas pinturas, que recogen escenas de la vida del profeta Elías y de la Virgen María.

Debajo del camarín de la Virgen está la gruta del profeta Elías, muy visitada por cristianos, judíos y musulmanes.

En un lateral del crucero hay un altar con un gran cuadro que representa a santa Teresa de Jesús y a san Juan de la Cruz a los pies de san José.

En el otro lateral hay un altar con otro cuadro que representa a la Virgen del Carmen dando el escapulario a san Simón Stock.

La amplia sacristía tiene una cúpula octogonal en el centro, sujetada por cuatro columnas. En los armarios laterales se exponen bellos ornamentos antiguos.

Parte del convento se adaptó para acoger a los estudiantes de filosofía del colegio internacional de Roma durante la segunda guerra mundial. En nuestros días está adaptada para acoger peregrinos. Esta es la entrada, con una imagen de santa Teresita junto a la puerta. Allí nos encontramos hoy los peregrinos.

Delante de la puerta principal del monasterio hay un monumento en forma de pirámide sobre las cenizas de 200 soldados franceses, que fueron recogidos por los frailes carmelitas descalzos ya que estaban heridos y no pudieron marchar con sus compañeros cuando Napoleón se retiró de allí. Al llegar los turcos los masacraron a todos. La cruz de delante también recoge restos de otros soldados caídos en 1799 durante una batalla en Akko.

Enfrente del santuario está el faro, que guía los barcos al puerto de Haifa. Es propiedad de los carmelitas y alberga la antigua hospedería del monasterio, que fue el primer edificio de Palestina con agua corriente. Durante el mandato británico fue ocupado por los soldados ingleses y cuando se creó el estado de Israel también lo ocuparon soldados israelíes, hasta el presente. Sobre la puerta de entrada hay una hermosa cerámica valenciana que representa a la Virgen Inmaculada, patrona de España, y delante una columna con una Virgen del Carmen, regalo de Chile con motivo de su independencia, ya que es su patrona.

En los jardines hay un antiguo Vía crucis hecho en cerámica de Manises (España). Esta es la puerta de entrada.

Muy cerca está el monasterio de las madres carmelitas descalzas. Esta es la fachada de la iglesia.

Aquí estoy con un grupo de peregrinos de otro año en el locutorio de las monjas.

En la ciudad de Haifa están la escuela y parroquia de san José, atendidas por los carmelitas descalzos libaneses. En esta foto pueden ver el interior del amplio templo parroquial.

Aquí pueden ver el edificio de la parroquia antigua, fundada en 1633. Es la parroquia católico-romana más antigua de la Tierra Santa, ya que los franciscanos estaban presentes en los santuarios, pero no tenían fieles a los que atender hasta tiempos más recientes. El pashá local la destruyó en 1767, aunque fue reedificada poco después. Se ha rehabilitado por completo en 2021.

Aquí estoy en el patio, con el padre Ariadys y otros amigos dominicanos. En una de las peregrinaciones que he hecho a este lugar, mi madre y mi amiga Rosario se fueron caminando desde el monasterio a la ciudad, les paró un marino que las llevó a un supermercado, dieron vueltas por las zonas judía y musulmana, se perdieron en la playa y terminaron regresando en taxi con un montón de anécdotas que contar a los demás. Y eso que no conocían idiomas...

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