Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

viernes, 30 de mayo de 2014

La casa de Nazaret


Era pobre y silenciosa,
pero con rayos de luz;
olor a jazmín y a rosa
y el Niño que la alboroza:
es la casa de Jesús.

Había júbilo y canto;
ella lavaba y barría,
y el arcángel saludando
repetía noche y día:
"Casa del Ave María".

Familia pobre y divina,
pobre mesa, pobre casa,
mucha unión, ninguna espina
y el ejemplo que culmina
en un amor que no pasa.

Concédenos, Padre santo,
una mesa y un hogar,
amor para trabajar,
padres a quienes querer
y una sonrisa que dar. Amén.

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