Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

miércoles, 6 de diciembre de 2023

De san Nicolás a Santa Claus


Ya he explicado muchas veces en este blog que san Nicolás fue obispo de Myra (en la actual Turquía) durante el siglo IV, y que posteriormente su cuerpo fue trasladado a Bari (en Italia), donde se conserva hasta el presente. Por eso es conocido indiferentemente como san Nicolás de Myra y como san Nicolás de Bari.

También les he contado en este blog que el día de su fiesta (el 6 de diciembre) se solían hacer pequeños regalos a los niños recordando a generosidad del santo. Normalmente manzanas o pequeños dulces y en las fechas cercanas a la Navidad, también juguetes.

En Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Suiza, parte de Alemania y otras regiones del centro y norte de Europa, se conserva la tradición de que el santo obispo se haga presente en los días previos a la Navidad para repartir sus regalos.

La tradición cuenta que llega en barco desde España, acompañado por su criado Pedro el negro. Al desembarcar, son recibidos por las autoridades y comienzan un desfile por los pueblos y ciudades, repartiendo dulces y regalos a los niños buenos. A los malos los meten en un saco y se los llevan de regreso a España.

En USA, su nombre en neerdanlés (sint Nicolaas) y en alemán  (sinter Klaas) fue evolucionando hacia Santa Claus en la pronunciación inglesa. 

Como los protestantes no querían venerar a un obispo vestido con los ropajes propios del culto católico, lo transformaron lentamente hasta convertirlo en el personaje que hoy todos conocemos: Santa Claus (también llamado "Papá Noel" y "Viejito Pascuero" en español), especialmente por la publicidad de la Coca Cola a partir de 1930. 

Las películas de entretenimiento han ido añadiendo duendes, renos, una factoría en el polo Norte y hasta una esposa de «Santa», que ha terminado por convertirse en un nombre propio y «Claus» en el apellido.

Hoy les invito a contemplar estas 20 fotografías de estampas antiguas que lo representan. En el siglo XIX y hasta mediados del siglo XX era muy común felicitar las navidades con estas estampas.

San Nicolás, amparo de los huérfanos. Ruega por nosotros.

San Nicolás, defensor de las viudas. Ruega por nosotros.

San Nicolás, abogado en los asuntos difíciles. Ruega por nosotros.

San Nicolás, bienhechor en la necesidad. Ruega por nosotros.

San Nicolás, amparo en las enfermedades. Ruega por nosotros.

San Nicolás, obispo y pastor de la Iglesia. Ruega por nosotros.

San Nicolás, maestro de la fe. Ruega por nosotros.

San Nicolás, protector de los niños. Ruega por nosotros.

San Nicolás, protector de la familia. Ruega por nosotros.

San Nicolás, fuerte en las pruebas. Ruega por nosotros.

San Nicolás, testigo fiel del evangelio. Ruega por nosotros.

San Nicolás, amigo de los que se esfuerzan por conservar la fe. Ruega por nosotros.

San Nicolás, que nos enseñas a ser generosos. Ruega por nosotros.

San Nicolás, que nos invitas a permanecer en la Iglesia. Ruega por nosotros.

San Nicolás, amigo de los necesitados. Ruega por nosotros

San Nicolás, padre y modelo de caridad. Ruega por nosotros.

San Nicolás, tesoro de la Providencia. Ruega por nosotros.

San Nicolás, defensor de los débiles. Ruega por nosotros.

San Nicolás, valedor de los inocentes. Ruega por nosotros.

En este mar proceloso,
oh padre san Nicolás,
conduce al puerto seguro
desde la patria celestial.

De las luchas de la vida
y mortales tempestades
sálvanos, por tu favor
y virtudes singulares.

Siempre acudes en socorro
de cuantos tu auxilio imploran,
enfermos y navegantes,
pobres y ricos te invocan.

Por tu santidad eximia
e intercesión poderosa,
haz que seamos llevados
a la eternidad dichosa.

A los fieles que, devotos,
tu santidad proclamamos
haznos merecer la gloria
amando a nuestros hermanos. Amén.

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