Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

domingo, 26 de diciembre de 2021

Las fiestas que siguen a la Navidad


Antiguamente, todas las fiestas de santos tenían su "octava". Ocho días en los que se seguía celebrando y profundizando en su mensaje. En nuestros días, solo la Navidad y la Pascua han conservado una octava festiva. Son misterios demasiado grandes para agotarse en la celebración de un solo día. Por eso, la Iglesia profundiza a lo largo de varios días, contemplándolos desde distintos ángulos de visión. 

La luz que se enciende en la Nochebuena crece en los días posteriores y ofrece una comprensión cada vez más profunda del eterno designio de Dios, que se ha manifestado en Cristo.

La celebración de las fiestas de algunos santos no nos aparta de la gozosa contemplación del "Emmanuel", el Dios-con-nosotros. De hecho, él es el rey de los santos. El nacimiento de Cristo, que es la cabeza de la Iglesia, prepara el nacimiento de su cuerpo místico. La fiesta de Jesús se prolonga en la fiesta de los mejores miembros de la Iglesia. 

Contemplando el cuerpo frágil que el Hijo de Dios asumió por amor a nosotros, se comprende la responsabilidad que tienen los que hoy forman su cuerpo por el bautismo: cada uno está llamado a vivir como corresponde a los miembros de tal cuerpo. 

Los autores medievales llamaron "Comites Christi" al cortejo de santos que acompañan al Niño Jesús en Navidad y escribieron numerosas páginas sobre el argumento. Los antiguos textos españoles lo traducían por la "sagrada compaña".

En cierto momento, se dedicó el día de san Esteban a celebrar la fiesta de los diáconos (26 de diciembre), el de San Juan la de los sacerdotes (27 de diciembre) y el de los Santos Inocentes la de los novicios y estudiantes clérigos (28 de diciembre). 

Entre los siglos XI y XIV, esta última se convirtió en la fiesta de los locos. En algunas catedrales se transformó en fiesta de los monaguillos, permitiendo que estos realizaran en el templo algunas de las funciones normalmente reservadas a los canónigos. En muchos lugares surgió la fiesta del "obispillo", en la que un monaguillo o miembro del coro desfilaba vestido de obispo y realizaba algunos actos reservados a aquel en otras circunstancias.

En España se sigue celebrando una fiesta popular en la que se hacen bromas a la gente. De hecho, los que sufren las bromas son llamados inocentes hasta el presente.

El domingo que sigue al día de Navidad se celebra la fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret: Jesús, María y José, que son los principales protagonistas de la Navidad.

El 1 de enero se celebra la fiesta de Santa María, Madre de Dios.

El 3 de enero se celebra el santísimo nombre de Jesús.

El 6 de enero se celebra la "Epifanía" del Señor (palabra griega que significa "manifestación").

El domingo posterior a Epifanía se celebra la fiesta del bautismo del Señor en el río Jordán.

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