Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

martes, 9 de noviembre de 2021

Basílica de san Juan de Letrán


La basílica de san Juan de Letrán es una de las más hermosas de Roma. Su verdadero título es “Catedral del Santísimo Salvador y de los santos Juan bautista y Juan evangelista” y está considerada la “madre y cabeza de todas las iglesias de Roma y del mundo”, porque es el primer edificio público que la Iglesia construyó al terminar la época de las persecuciones.

Es, hasta el presente, la catedral de Roma, donde el papa tiene oficialmente su “cátedra” o su “sede”, aunque desde el siglo XIV no reside allí, sino junto a la basílica de san Pedro en el Vaticano. 22 papas están enterrados entre sus muros.

Se construyó sobre los "huertos lateranos", que eran de propiedad imperial desde los tiempos de Nerón. El territorio fue donado por el emperador Constantino a la Iglesia de Roma el año 313, como reparación por los bienes que el estado había confiscado a la Iglesia a lo largo de casi 300 años de persecución. 

Ese mismo año se estableció allí la residencia del papa y se adaptó una sala preexistente para templo, mientras se iniciaron las obras de la gran basílica, que fue consagrada el año 324. Junto a la puerta principal hay una escultura de época imperial que representa al emperador Constantino.

En sus casi 1.700 años de edad ha sido testigo de numerosos acontecimientos trascendentales para la historia de la Iglesia y del mundo: concilios, coronaciones de reyes y emperadores, firma de pactos entre países, etc. 

También ha sido saqueada varias veces por los bárbaros (los visigodos el año 410 y los vándalos el año 455), dañada por terremotos, incendios e incluso una bomba colocada por la mafia en 1993, siendo restaurada en cada ocasión y embellecida con nuevos elementos.

Tradicionalmente, los reyes de Francia eran canónigos honorarios de la basílica. Los presidentes de la república francesa conservan ese privilegio hasta el presente. En uno de los atrios hay una escultura del rey Enrique IV de Francia (siglo XVI).

Entre sus muros conserva numerosas reliquias y obras de arte de distintas épocas, por lo que forma parte de la lista del patrimonio de la humanidad de la UNESCO. 

Arriba se puede ver la fachada principal, diseñada por el arquitecto Alessandro Galilei en el siglo XVIII. A continuación coloco otras fotografías para el deleite de todos:

Inscripción en la fachada: «Sacrosancta Lateranensis ecclesia, omnium urbis et orbis ecclesiarum mater et caput», que significa 'Santísima iglesia lateranense, madre y cabeza de todas las iglesias de la Urbe (Roma) y del orbe (el mundo)'.

Las puertas de bronce tienen más de 2000 años, ya que eran las del antiguo senado romano en el foro, trasladadas aquí el año 1660.

Ábside con el mosaico de 1291, el coro de los canónigos, con preciosas maderas taraceadas y, al centro de todo, la "cátedra" papal.

En el precioso baldaquino del siglo XIV se encuentran dos esculturas de plata que representan los bustos de san Pedro y de san Pablo y recogen en su interior los cráneos de ambos santos, que habían sido trasladados aquí con anterioridad, porque esta basílica estaba dentro de las murallas de la ciudad y sus tumbas habían sido profanadas, ya que las basílicas de san Pedro en el Vaticano y san Pablo extramuros quedaban muy desprotegidas. Los relicarios originales eran de oro y piedras preciosas, pero fueron robados por Napoleón, cuando invadió los Estados Pontificios.

Nave central, en la que se aprecia el pavimento cosmatesco medieval (s. XIII), el artesonado de madera renacentista (s. XVI) y la disposición barroca de los pilares, fruto de la transformación que realizó Borromini (s. XVII).

Detalle del artesonado en madera dorada y policromada del siglo XVI.

Impresionante altar del Santísimo Sacramento, realizado por Giacomo della Porta para el jubileo de 1600, utilizando elementos anteriores. Está rematado por una pintura de Giuseppe Cesari, el Caballero de Arpino (1568-1640). La tradición dice que la madera que hay detrás del relieve en bronce de la Última Cena es la de la mesa que Jesús usó en aquella ocasión, llevada de Jerusalén a Roma en el siglo IV.

Detalle del claustro, edificado en 1231 en estilo románico-cosmatesco.

San Bartolomé. Una de las enormes estatuas de los apóstoles que adornan la nave central. Obra en mármol del escultor Pierre Legros (1666-1761).

San Juan evangelista, obra de Camillo Rusconi  (1658-1728).

Se puede hacer una visita virtual de cada una de sus partes en este enlace:

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