Jesús usó distintas imágenes para hablar de sí mismo. En unas ocasiones se presentó como un sembrador que deposita la semilla de la Palabra de Dios en el corazón de los hombres, en otras como una vid a la que tienen que estar unidos los sarmientos para poder dar fruto, en otras como un pastor que conoce a sus ovejas, las ama y da su vida por ellas.